jueves, 4 de julio de 2013

Estética y Psicología


Una entrada de mi blog de psicología que puede resultar de interés para fotógrafos.
Con la llegada del siglo XIX los artistas plásticos comenzaron a sentirse liberados de los corsés académicos tradicionales, y se entregaron a la tarea de encontrar nuevas fórmulas más personales para representar la realidad. Ello supuso el surgimiento de una amplia variedad de estilos, más o menos exitosos y perdurables, que tendieron a agruparse en movimientos artísticos tales como  el fauvismo, el expresionismo o el cubismo.  Más tarde incluso se rebasaron las fronteras de esos movimientos, y los artistas buscaron desarrollar un estilo propio, distintivo y reconocible. Hoy día, si no goza de ese sello personal el artista “pinta” poco y su valor de mercado es muy reducido.

El arte abstracto y la desaparición del contenido figurativo en las obras de arte  complicó la tarea de juzgar el valor de esas obras, que demandaban del observador un mayor esfuerzo interpretativo. Ya no resultaba tan fácil para el visitante de una exposición sentir el placer estético derivado de la contemplación del arte. Incluso el concepto clásico de estética quedaba desfasado, puesto que el valor de una obra no dependía de su belleza, que quedó reemplazada por conceptos más intelectuales, como interés y estimulación. Nuestro cerebro viene pre-programado de fábrica para disfrutar de la belleza,  como lo demuestra la preferencia del ser humano desde el mismo nacimiento por estímulos visuales con determinadas características (simetría, equilibrio, contraste, etc.).  Pero ahora los artistas se habían empeñado en transgredir  esas leyes y las fronteras entre el arte y el no arte o incluso la impostura se hizo cada vez más sutil, y el ciudadano medio se  sintió perdido y desinteresado, alejándose cada vez más de ese arte que tan complicado le resultaba y con el que difícilmente podría disfrutar del goce estético que sí le proporcionaban obras más tradicionales y comprensibles.

 En ese afán de separar grano y paja, la psicología ha realizado interesantes aportaciones al análisis de la apreciación y juicio estéticos,  desde los primeros trabajos de Rudolf Arnheim  o de los teóricos de la Gestalt hasta los estudios recientes basados en investigaciones de carácter empírico. Y es que la apreciación del arte es un proceso perceptivo, cognitivo y emocional que no se diferencia demasiado de otros procesos psicológicos similares. Me parece muy interesante el modelo propuesto por Hemut Leder y sus colegas de las Universidades de Viena y Berlín. Estos autores proponen un modelo que incluye cinco etapas y apuntan también una serie de variables que afectan tanto al juicio como a las emociones suscitadas por una obra de arte.

La primera etapa, denominada perceptiva,  comienza una vez que un objeto ha sido clasificado como artístico. Es la etapa más conocida y que recoge las aportaciones más clásicas en el campo de la composición.  Así, la evidencia empírica disponible señala una serie de características relacionadas con las preferencias estéticas, tales como el contraste,  la claridad o enfoque, la complejidad media, la simetría, ciertos colores, el orden y el agrupamiento.

La segunda etapa representa los procesos de memoria implícita a partir de la experiencia previa del observador.  Lo de implícito hace referencia a que es un proceso que no es deliberado o consciente. Sencillamente la obra tiene ciertas resonancias que estimulan el interés de quien la observa. Son tres los rasgos más relacionados con las preferencias estéticas en esta etapa. El primero es la familiaridad, cuanto más  familiar  resulta lo que vemos mejor lo valoramos, aunque la complejidad modera la relación entre familiaridad y juicio favorable, de forma que lo novedoso puede resultarnos tanto o más atractivo que lo familiar, pero siempre que no nos resulte demasiado complejo. El segundo es lo que podría definirse como “prototipicalidad”, es decir, en qué medida la obra puede resultar representativa de una clase de objetos. El tercero tiene que ver con la acentuación o exageración de alguna propiedad del objeto, tal como ocurre en las caricaturas.

La tercera etapa supone la clasificación explícita de la obra, en función de contenido y estilo, y lógicamente está afectada por el conocimiento y formación artística. Si la persona no es experta clasificará la obra de acuerdo con el contenido que representa (retrato, bodegón, paisaje), mientras que quienes tienen más formación lo harán según su estilo. Cuando  clasifica de forma exitosa la obra, el observador experimenta una sensación satisfactoria derivada de la reducción de la ambigüedad.

La cuarta etapa, de dominio claramente cognitivo, supone una prolongación de la anterior, y se refiere a la compresión del significado de la obra, que conlleva una activación del circuito cerebral del placer, lógicamente  vivida de forma placentera. Esta compresión tiene un efecto similar al de la resolución de un problema: nos sentimos felices por haber sido capaces de entender qué es lo que el artista ha intentado transmitir con su trabajo.  La formación artística facilita este proceso, al igual la información que pueda acompañar a la obra. Incluso un solo título añadido a una fotografía puede hacer más fácil su compresión y garantizar el disfrute estético.

Finalmente, los resultados de las etapas anteriores llevarán al sujeto a un juicio y una emoción estética. Al fin y al cabo, eso es lo que el artista pretendió con su obra, generar una emoción o estado de ánimo. Aunque, en realidad, más que un resultado final, tendríamos que convenir que las emociones habrán estado presentes a lo largo de todo el proceso. Incluso el estado de ánimo inicial parece influir en todas las etapas. Así, cuando nos acercamos a la obra con ánimo positivo, tendemos a realizar valoraciones de carácter más holístico o global, mientras que cuando nuestro ánimo no es tan favorable, procedemos de forma más analítica. Como si nos mostrásemos más exigentes y puñeteros  y buscásemos cualquier pequeño defecto.

Recientemente, Leder y colegas han llevado a cabo un estudio para analizar los factores que influyen en la apreciación del arte por parte de una muestra de estudiantes universitarios, con distintos niveles de formación artística, a quienes presentaron pinturas clásicas, modernas figurativas y abstractas. Los participantes en el estudio debían señalar ante cada obra, en unas escalas construidas a tal fin, hasta qué punto les gustaba, les emocionaba, la comprendían o les generaba interés. Los resultados indicaron  que, con independencia de la formación artística, la emoción generada  fue el factor más influyente en la valoración positiva de las obras. Por otra parte, los estudiantes más expertos o formados en arte asignaron puntuaciones  más altas a cada pintura en todas las escalas, tanto si se trataba de un cuadro clásico como si era moderno o abstracto, lo que viene a indicar que la formación artística redunda en una mayor apreciación y disfrute de todo tipo de arte. Y es que la educación en arte no es un mero lujo en favor del refinamiento o la distinción social sino que nos acerca a una mejor compresión y goce estéticos. Al fin y al cabo, el arte es uno de los mayores logros humanos, uno de  esos raros productos de la cultura que abren nuevos espacios de libertad, en los que es posible superar algunos de los determinismos sociales que pesan sobre la vida, y  a partir de allí desplegar nuevas posibilidades. Tal vez sea por ello por lo que el poder siempre se ha mostrado reacio a promover una educación artística generalizada que popularice la compresión, el disfrute y la creación artística.

Leder et al. (2004). A model of aesthetic appreciation and aesthetic judgments. Bristish Journal of Psychology, 95, 489-508.

Leder et al. (2012). How art is appreciated. Psychology of Aesthetic, Creativity and the Arts,  1, 2-10.

12 comentarios:

  1. Efectivamente, creo que tus fundamentadas consideraciones sobre psicología y arte son de gran interés, ¡cómo no!, para los aficionados a la fotografía.
    Gracias y un abrazo.

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  2. Muy bien argumentado, Alfredo. Cada vez reconozco dos hechos de tu exposición como fundamentales de la realidad e irrealidad sobre la imagen: el peso de procesos de memoria implícita a partir de la experiencia (segunda etapa) y la falta de alfabetización audiovisual lo que ha llevado y lleva en muchas ocasiones a la creación de estereotipos sobre las imágenes en la sociedad. Efecto provocado por los mass media.
    Muy buena tu entrada. Enhorabuena !!!
    Ah! Y más alfabetización crítica sobre el supermundo audivisual que vivimos.

    Un abrazo.

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  3. Tengo pasión por la fotografía, quizás este artículo me haya llegado en el momento justo...siempre he pensado que mi relación con este arte era un mero divertimento, sin necesidad de tener nociones básicas ni nada por el estilo...pero cada vez me doy cuenta de que se necesita más para llevar adelante un proyecto o una manera de vida.
    Me das una lección enorme, y entran las ganas de aprender...la parte negativa es que hay que empezar de cero...es como si hubiese aprendido a conducir sola y ahora que quiero el carnet de coche, necesito estudiar y pasar por una escuela o academia, quitar malos hábitos y empezar a conducir bien...

    Gracias.

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  4. Me ha resultado muy interesante, cómo siempre, la lectura de al introducción y hasta, creo, que la he comprendido. Gracias
    La foto, de las que atrapan, sin tener muy claro el porqué. Fina la edición y bien compuesta. Un abrazo

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  5. Magnifico texto que resulta de gran interés no solo para aficionados si no para profesionales de la fotografía, un abrazo Alfredo.

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  6. Alfredo fabuloso este articulo, la imagen muy creativa gracias por su visita Saludos

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  7. Excelente artículo. Una buena parte del proceso perceptivo y estético la conocía, pero siempre es interesante reflexionar sobre ello, y más aún ligado a la Fotografía como Arte.

    Me ha llamado agradablemente la atención la idea de que la formación artística no es un lujo, sino un medio que posibilita una mayor comprensión y goce artísticos. La Cultura y la Educación son siempre las primeras afectadas en épocas de crisis.

    Saludos

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  8. Creo que si no es de lo mejor que he leído de cuanto has publicado, al menos sí es lo que más me ha llegado, lo que encuentro más interesante. Y la fotografía que ilustra el artículo; ¡chapeau!, con todos los alicientes para quedarse mirándola y disfrutar de ella esperando que te diga algo, porque solo la falta hablar. Un abrazo y muchas gracias por tus interesantes aportaciones.

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    1. Si te gusta a ti es que no está mal. Entiendo que es algo durillo para estos tiempos en los que más de tres líneas en un blog de fotografía nos desbordan el cerebro. Pero pensé que a algunos os podían interesar estos aspectos teóricos de la estética y el arte.
      Un abrazo

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  9. Me encanta la foto...yo veo una mujer desnuda...eso, psicologicamente ¿qué significado tiene?...jejejej, es una broma..como un chiste...un abrazo desde Murcia...muy chula...

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  10. La importancia de la educación. Un texto muy interesante. Saludos.

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  11. Un artículo interesante y denso querido Alfredo...sin duda observando y leyendo se va aprendiendo, y nos vamos cada vez haciendo más "expertos"...pero quien considera a quien, "experto"?...
    Lo dicho, mas que interesante...toda una lección para reflexionar.
    La foto un lujazo.
    Un abrazo maestro.

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