martes, 22 de diciembre de 2020

CESARE PAVESE SOBRE LA FOTOGRAFÍA






Que Cesare Pavese expresara en sus escritos alguna opinión acerca de la fotografía como arte seguro que ha sorprendido a quienes conocen bien el trabajo del literato italiano. Y no me extraña, ya que después de escudriñar atentamente su obra las referencias a la fotografía son prácticamente inexistentes. ¿De dónde surgen por tanto estos textos en los que Pavese se nos muestra como un profundo conocedor del arte fotográfico? Pues de la licencia que me he tomado para adaptar las interesantes reflexiones sobre la creación poética incluidas en “El oficio de vivir” al ámbito de la fotografía, y por lo general ha bastado con la sustitución de un término por otro. Al fin y al cabo, las similitudes entre los procesos creativos en fotografía y la poesía guardan más similitudes que diferencias. Así, sus opiniones sobre el poder de la intuición o de la mirada ingenua, sobre el agotamiento creativo, sobre la zona de confort, o sobre la originalidad, pueden, con facilidad, traspasar la frontera que separa ambas disciplinas.

SOBRE LA CREACIÓN
“La admiración por una gran fotografía no lo es nunca por su sorprendente maestría sino por la novedad del descubrimiento que contiene. Aunque sintamos un pálpito de alegría al encontrar en el encuadre dos elementos acoplados con acierto, que jamás se habían visto juntos, no es asombro ante la elegancia de la cosa, ante la prontitud del ingenio, ante la habilidad técnica del fotógrafo lo que nos conmueve, sino una maravilla ante la nueva realidad puesta de manifiesto”
“Y en fotografía sólo se expresa bien lo que fue asimilado ingenuamente. No les queda a los fotógrafos más que volverse hacia la época en que no eran artistas e inspirarse en ella, y esta época es la infancia”
“En fotografía no todo es previsible y, al componer, se eligen a veces formas, no solo por una razón conocida sino instintivamente, y se crea sin saber con claridad cómo se hace”
“En mi primera obra entraba toda mi experiencia desde el día en que abrí los ojos, y era tanta la alegría de sacar al sol mi primer fotolibro, que no sentía monotonía. Entonces todo estaba por descubrir. Ahora que he saqueado la veta, me he agotado demasiado como para tener fuerzas para lanzarme sobre una nueva excavación”
“Porque una sola cosa me parece insoportable para el artista: no sentirse ya al principio”

SOBRE LA ORIGINALIDAD
“Las reglas del arte, al proponer un ideal definido que alcanzar, le proponen al artista un fin que impide el trabajo en el vacío de su ingenio. Aunque para nosotros, nunca reside el valor de las obras en las reglas observadas, sino en estructuras crecidas bajo la mano del artista durante su busca de lo que la regla requiere.”
“Habiéndose acostumbrado la mente a cierto mecanismo de creación, es necesario un esfuerzo igualmente mecánico para dejarlo y sustituir los monótonos frutos espirituales, que se reproducen, por un nuevo fruto que sepa a desconocido, a injerto inaudito”

SOBRE LA EDICIÓN
“El problema estético, mío y de mis tiempos, más urgente es precisamente el de la unidad de una obra fotográfica. Si hay que contentarse con la empírica conexión aceptada en el pasado o buscar un nuevo principio ordenador de la sustancia fotográfica”
“¿Es posible dar un valor de pertenencia a un conjunto a una fotografía concebida en sí y por sí, según el vuelo de la inspiración ¿Cómo puede el autor construir el fotolibro sino reflexionando sobre las fotografías ya hechas? El fotolibro es siempre una reconsideración”

MISCELÁNEA
“Hacer fotos es como hacer el amor: nunca se sabrá si la propia alegría es compartida.”
“El provincialismo en fotografía tiene significado solamente como reserva ética”
“La fotografía poética participa de todas las cosas prohibidas por la conciencia -ebriedad, amor-pasión, pecado- pero todo lo rescata con su exigencia contemplativa, es decir, cognoscitiva”
“Es fácil para los colores convertirse en símbolos. Son la cualidad más vistosa de los objetos, pero no son los objetos”

domingo, 20 de diciembre de 2020

Claro en el bosque (Guillena, 2020)

"Al modo de la semilla se esconde la palabra. Como una raíz cuando germina que, todo lo más, alza la tierra levemente, mas revelándola como corteza. La raíz escondida, y aun la semilla perdida, hacen sentir lo que las cubre como una corteza que ha de ser atravesada. Y hay así en estos campos una pulsación de vida, una onda que avisa y una cierta amenaza de que algo, o alguien, está al venir." 

María Zambrano




lunes, 7 de diciembre de 2020

La fotografía humanista de Tiago Santana

 


Hay fotógrafos de mirada inconfundible, con una visión del mundo que parece tamizada por un filtro personal que resalta en todas y cada una de sus imágenes. De un ingeniero mecánico metido a fotógrafo cabría esperar un acercamiento al mundo distante y frío, con una mirada marcada por la independencia de campo e interesada por detalles, geometrías y abstracciones. Sin embargo, su interés por la ingeniería palideció pronto ante una pasión por el género humano que le llevó a recorrer el Sertão brasileiro registrando con su cámara la vida cotidiana de los personajes que lo pueblan. Así, pronto la piel desplazó a la máquina y su mirada lejos de concentrarse con focales largas en abstracciones geométricas optó por abrirse en encuadres angulares, y a veces panorámicos, que le permitieron incluir en varios planos toda la humanidad de ese territorio tan áspero y extenso: “Siempre he usado un gran angular porque me obliga a estar cerca de la gente, es un intento de obligarme a estar con el otro”.



Su mirada es la propia de quien muestra un estilo cognitivo dependiente de campo caracterizado no sólo por el interés por lo social, sino también por percibir la realidad como un todo integrado en el que figura y fondo se muestran inseparables. Así, los encuadres de este fotógrafo brasileiro, mucho menos conocido que su compatriota Salgado, están cargados de complejidad, incluyendo varios planos que dotan a sus imágenes de mucha profundidad. En algunas imágenes el personaje del primer plano atrapa nuestra mirada de inmediato para dejarla escapar después hacia alguna figura que en el fondo reclama nuestra atención. Unas gallinas, un perro, un asno, una imagen religiosa o un niño nos interpelan desde atrás, y nos revelan la importancia que para Santana tienen algunos temas, como la relación entre hombres y animales, el paso del tiempo o los ritos religiosos. No en vano, este fotógrafo, que se declara admirador de la obra de Cristina García Rodero y Graciela Iturbide, dedicó su primer fotolibro “Benditos” a la religiosidad popular del nordeste brasileño. 



También declara su admiración por Koudelka, y por esa inmersión en la escena y en el mundo a documentar que ambos practican. Y con frecuencia es tanta la inmersión que sus personajes quedan fragmentados bruscamente por el borde del encuadre, o por la superposición de otros elementos visuales. Un hombro que se adentra por el ángulo superior, media cabeza de asno, el torso semioculto de un joven, o el rostro que se esconde tras un brazo, añaden intriga a sus imágenes. Así, sus encuadres no se limitan al mero registro documental sino que quedan configurados como puzles que el espectador debe componer en su cabeza, encajando todo ese engranaje de personas, animales, reflejos y sombras.



Pero si sus imágenes están cargadas de dinamismo y complejidad, Tiago Santana se reconoce como un fotógrafo que, a pesar de la cercanía cuando trabaja, se muestra discreto, silencioso y lento, y que opta de forma decidida por la fotografía analógica. “Es como si fuera a contracorriente de nuestro tiempo. Pongo una película en la cámara y hago cuatro fotografías. La película tiene la sorpresa de lo invisible, de lo no revelado de inmediato. Lo digital para mí es como si algo faltara.”

También es un fotógrafo que se muestra escéptico respecto a la utilización de otros elementos o recursos que refuercen la capacidad narrativa de las imágenes “No se puede trabajar simplemente con la necesidad de usar gratuitamente otros recursos expositivos, algo muy común que se observa hoy día en algunos trabajos de “fotografía contemporánea”. Lo esencial de una fotografía es su fuerza. Añadir algo para favorecer la lectura de la obra es algo que se ha de pensar mucho, para que no se superponga con el verdadero sentido de creación de la imagen fotográfica”

Texto: Alfredo Oliva Delgado    Fotos: Tiago Santana