Continuación:
7. El momento decisivo conlleva imágenes sinceras de gente en situaciones cotidianas de la vida real. Y es que debería incluir en el encuadre a personas capturadas
de forma espontánea mientras viven, trabajan o se mueven por la ciudad en sus
quehaceres cotidianos. Son imágenes auténticas, sin ningún tipo de fingimiento, en la que los sujetos ignoran que están siendo fotografiados y no posan para el fotógrafo. Esto es importante ya que el efecto Hawthorne indica que las personas cambian su forma de actuar
y su expresión corporal cuando se sienten observados, por lo que si queremos
que su expresión sea totalmente natural y refleje el verdadero fluir de la vida, la foto
debería tomarse de forma disimulada. La pequeña y manejable Leica, junto a su
habilidad para mimetizarse con el ambiente, permitió a Bresson capturas increíbles
de situaciones reales. No obstante, las cosas han cambiado mucho con la
proliferación de cámaras y fotógrafos callejeros que ha traído consigo la
fotografía digital, y cada vez resulta más complicado realizar este tipo de
tomas sin entrar en conflicto con consideraciones de tipo ético y legal. A
veces no queda otra que declararse insumiso de las leyes que regulan la toma y
difusión de imágenes.
Por otra
parte, supone también un compromiso de no alterar la toma inicial con un
procesado que la desvirtúe, añadiendo o quitando elementos de la captura original,
alterando los colores de forma poco natural, o modificando de forma acusada el
contraste o el enfoque. No obstante, la
fotografía digital actual es mucho más versátil, y estaríamos dispuestos aceptar
como verdaderos reflejos de la realidad un mayor rango de modificaciones en el
raw original.
8. Un
imagen significativa que emocione. Este es un aspecto difícil de conseguir
mediante la composición, el juego entre figura y fondo, y el contenido profundo
de la imagen. Una foto ideal de un momento decisivo debería provocar lo que
Roland Barthes denominó "punctum", una intensa emoción que atrapa y
sacude al observador. Observando muchas de las fotos de Cartier- Bresson
sentimos esa punzada sin que seamos conscientes de qué detalle de la imagen es
el que nos conmueve, y es que con frecuencia se trata de asociaciones inconscientes
creadas por la foto con una importante resonancia afectiva en nuestro mundo
íntimo. Puede ser el recuerdo de alguna situación vivida en el pasado, un gesto
que nos recuerda a alguna persona significativa, una atmósfera que nos retrotrae a nuestra
infancia, etc.
Pero si el momento decisivo impacta
en el ojo y el corazón del observador, se debe en gran parte a que el fotógrafo
vivió un estado de gracia cuando tomó la foto, un momento de claridad y
conciencia plena en el que la escena también resonó con fuerza en su mundo
afectivo. Un impulso, con frecuencia inconsciente, le llevó a prever la
importancia del momento y la relevancia de la escena que discurría ante sus
ojos antes de disparar. Eso dotó a la imagen de su fuerza y su significatividad.
En palabras de Cartier- Bresson, "fotografiar
es colocar en un mismo eje la cabeza, el ojo y el corazón", y es que
fotografiar es una manera de vivir. El mundo se ve diferente a través del
objetivo de la cámara y una vez avistada esa realidad resulta difícil, si no
imposible, prescindir de esa forma de mirar.
La conducta del sujeto, está en este caso, condicionada por el entorno y su intención, paseando por la costa, seguro que con ganas de oxigenarse y olvidarse de los quehaceres coditidianos, bonita imagen.
ResponderEliminarsaludos
Interesante texto el que nos presentas y creo que, siguiendo lo que expones, has logrado ese momento decisivo en tu fotografía.
ResponderEliminarCentrado el caminante en esa ventana y sobre el que pende esa especie de corona orlada de negros nubarrones.
Un segundo después hubiera sido tarde.
Un abrazo
Hombre, ¡Cimadevilla! Siempre he dicho que si Málaga se fuera al norte sería Gijón. Tngo bunos recuerdos de esa tierra y de esa ciudad.
ResponderEliminarLa foto, efectivamente, decisiva.
Pues fíjate, a mi me molesta el caminante, creo que la escultura de detrás tiene tanta fuerza en medio de ese paisaje que no hace falta nada más, pero ya me conoces, no me hagas mucho caso, no suelo incluir el factor humano en mis fotos ;-)
ResponderEliminarLa foto, desde luego, es soberbia.
Un abrazo.
Muy buena esa edición y muy bien situado el del paseo.
ResponderEliminarA diferencia del amigo chapiniqui, si me gusta la presencia humana en las fotos, cómo norma genérica creo que aporta. Saludos
Yo estoy con Chapi, y fíjate que soy más urbano y suelo retratar a la gente, pero en este caso y con ese paisaje, me sobran las personas, ¡¡Que cielo!!
ResponderEliminarUn abrazo
Muy interesante el texto con que inicias esta entrada.
ResponderEliminarLa foto me encanta, este cielo impresionante creo está muy bien complementado tanto con la estructura de hormigon como con el paseante de rojo. Si el color del chandal hubiera sido de otro color, a lo mejor me sobraria el personaje, peró tal como lo has presentado, me gusta.
Un abrazo
Un buen momento bien captado! Un saludo!
ResponderEliminarYo encuentro esta imagen deliciosa, única e irrepetible...aprecio de verdad la frescura y encima es que el paseante está en el lugar perfecto.
ResponderEliminarEste hecho siempre lo he admirado en la fotografía.
Y si...estoy de acuerdo...fotografiar es una manera de vivir o al menos ayuda a entender la vida...
Un abrazo.
Muy buena toma, me gusta mucho.
ResponderEliminarAbrazos. Sara.
Muy buena la imagen y muy interesante el texto. Me quedo con tu última frase, es una verdad como un templo.
ResponderEliminarUna opinión más:
ResponderEliminarDeclaro que no me he leído el texto, (pereza personal de leer textos en la red)y quizás diga algo ya comentado, ¿pero quien decide el momento decisivo?, o dicho de otra manera, ¿cuántos momentos decisivos posibles existen en una imagen?. Depende de varios factores, empezando por el casualístico y continuando por la percepción del fotógrafo, pero en este caso y con la incertidumbre de qué hubiera hecho yo ante la escena, pienso que el instante decisivo sería con el sujeto sobre la intersección del tercio inferior derecho, lo que daría más dinamismo a la escena y el personaje parecería "completar" el trozo que le falta a la estructura.
Pero sólo es mi opinión.
Un abrazo.
Como llego un poco tarde y ya esta todo dicho, solo voy a decirte que me encanta esta toma,Amigo.
ResponderEliminarUn abrazo
Soberbio lo que nos cuentas, querido amigo.
ResponderEliminarMe quedo con la frase de Cartier- Bresson, "fotografiar es colocar en un mismo eje la cabeza, el ojo y el corazón", y es que fotografiar es una manera de vivir.
La imagen captada, simplemente impresionante, resume de manera inapelable lo dicho.
Gracias por compartir estos conocimientos con todos nosotros.
Un placer como siempre, visitar tu blog, no sólo lleno de buenas fotos sino de una gran sabiduría para un mejor aprendizaje.
Un abrazo Alfredo.
Como texto teórico hay que quitarse el sombrero; pero como suele suceder en estos casos, yo al menos, no paro a reflexionar tanto sobre esas situaciones. Sí es verdad que cada foto nos llega de una manera distinta, si es que nos llega, dependiendo de muchos factores; emocionales unos y formativos otros. En mi caso, de hecho, reflexiono menos sobre aquellas fotografías que me impactan emotivamente, no me interesa ni saber el porqué. Me basta y sobra con esa emoción que me ha provocado. Ésta no es una de ellas; sí la veo muy bien compuesta técnicamente; con una especie de tensión que nace de la pugna entre el hombre y la escultura por ganarse la atención del que mira un contraste y lucha de elementos, tanto naturales como compositivos.
ResponderEliminarEnlazando con la última parte de tu exposición, yo también estoy de acuerdo en que el momento decisivo está dentro del fotógrafo, y no fuera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una buena composición, momento exacto, luz apropiada y el deseo de acertar. Enhorabuena, un saludo.
ResponderEliminarLa imagen dice mucho y el texto muy bueno para reflexionar y comentar. Saludos.
ResponderEliminarDa gusto ver las fotos y leer tus relatos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la frase: "fotografiar es colocar en un mismo eje la cabeza, el ojo y el corazón".
Saludos.
Muy buena exposición sobre el tema, Alfredo.
ResponderEliminarDesde luego, momentos decisivos habrá muchos, pero este, como todos, es único.
Al margen de ese cielo espectacular, la situación del caminante en el centro del hueco de la escultura la dota de otra dimensión.
Enhorabuena por todo.
Un abrazo.
Muchas gracias por estos dos textos tan aclaradores, Alfredo. Me ha gustado eso del estado de gracia del fotógrafo, y es bien cierto que lo que consigues fotografiando en la calle depende mucho del estado de ánimo con el que te encuentras.
ResponderEliminarSaludos
ResponderEliminarMe encanta como lo explicas y lo bien que se entiende. De alguna manera, nos reconocemos en lo que escribes cuando vemos que algunas cosas concuerdan con lo que queremos hacer.
Buscamos el 'punctum´y, por mi parte, entiendo que jugar con el raw puede llevarnos a alcanzarlo. Por supuesto, existen límites que no se debieran sobrepasar.
· un abrazo, maestro
· LMA · & · CR ·
Como comenta Minimal, hay varios momentos decisivos en una escena, pero el definitivo se produce cuando hay simultaneidad con la activación del obturador por parte del fotógrafo.
ResponderEliminarLa foto es espectacular, toda la imponencia de la estructura sobre el paseante.
Un abrazo.
con esta clase magistral y con esta foto, diploma asegurado
ResponderEliminarun abrazo
Hola Alfredo!!! cuánta razón llebas en tus escritos. Me encanta además referenciando a Cartier-Bresson que es uno de mis favoritos!. Son entrada muy interesantes además de las fotos tan logradas que tienes!! Un abrazo y que termines de pasar una feliz semana!! me ha encantado esta entrada!!!
ResponderEliminarhenri cartier-bresson , un crack , la fotografía es situar la cabeza, el corazón y los ojos en la misma línea visua . saludos :-)
ResponderEliminarTonterías... sigues sin hacer lo que has de hacer... asi que mira tú para que te sirve escribir y parlotear tanto si lo que has de hacer está por hacer...
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