Estoy seguro de muchos de vosotros habéis oído hablar de la
Gestalt, una escuela de psicología fundada en Alemania a principios del siglo
pasado por Max Werheimer. Y algunos también sabréis que propuso algunas leyes
relacionadas con la percepción visual que
nos indican cómo nuestro cerebro tiende a organizar y simplificar lo que
percibimos. Para esta teoría de la percepción, en el campo visual operan una
serie de fuerzas que guardan cierta similitud con lo que ocurre en los campos
eléctrico y magnético, y que determinan que los elementos se atraigan o repelan
entre sí.
Creo que estas leyes son de mucho interés para el fotógrafo
pues nos pueden servir para estructurar mejor nuestras imágenes. También van a
ayudarnos a hacer una correcta lectura de cualquier fotografía, profundizando
más en sus elementos compositivos. Una de las leyes más interesantes es la de similitud, que
hace referencia que los elementos visuales similares (en forma, color, tamaño,
etc.) tienden a ser vistos como relacionados, y tendemos a agruparlos en patrones.
Me ha parecido que para ilustrar esta ley puede venirnos
bien la conocida foto de Henri-Cartier Bresson, en la que nos muestra un retrato de la hija de Marie Curie, Irène Joliot-Curie, y su marido, Frédéric Joliot. Se trata de una fotografía tomada en el laboratorio donde trabajaban. Es un retrato de la pareja, de medio cuerpo con un iluminación natural que viene de su izquierda, y que según cuenta
Bresson tomó justo en el momento de ser
recibido por los investigadores. Ello puede explicar la actitud poco amistosa de la premio Nobel.
Lo que más me ha sorprendido siempre de esta foto es la similitud entre los
esposos. El extraño mimetismo que emana de la pareja y que nos sugiere sin
ninguna duda de que se trata de dos personas que viven juntas, trabajan juntas
y duermen juntas. La repetición del
gesto facial, aunque algo más duro en Marie que en su marido, que parece a
punto de esbozar una sonrisa. La misma posición de las manos, el mismo escorzo, unas ropas con ciertas
semejanzas en su modestia, muy de a diario a pesar la corbata de él. Hasta las solapas de sus
chaquetas se parecen, o incluso esas plantas que parecen brotar de sus cabezas. En fin, una imagen
que deja pocas dudas sobre la inquebrantable unidad del matrimonio sólo rota por la trágica muerte de Pierre.
Este es un claro ejemplo de cómo los elementos visuales de
la imagen contribuyen de forma potente a dar fuerza al mensaje que la foto
transmite. No parece que la posición estuviese sugerida por el retratista, que
sin duda estuvo atento a captar ese momento decisivo en el que los cuerpos de
los esposos se alinearon en un gesto redundante.
La foto de abajo, bastante más modesta, refleja también esa
similitud entre las posturas de los paisanos conileños, que se apoyan sobre la baranda y crean una simetría
de parejas de ropas de colores claros a
cada lado del sujeto de camiseta roja. Una similitud que contribuye al
equilibrio compositivo de la imagen.