“La estética basada en la filosofía es un gigante con los pies de barro, la estética ha de basarse en datos empíricos” G. A. Fechner
Cuando en 1866 Gustav A. Fechner, padre de la psicología experimental, publicó “El Principio de Asociación Estética” estableció los fundamentos de lo que debía ser una verdadera estética de carácter empírico. Sin embargo, el artículo fue poco conocido y divulgado, ya que no se tradujo al inglés hasta 2020, lo que ha supuesto algunas malas interpretaciones de la propuesta original del psicólogo alemán.
En su texto, Fechner comentó que la estética basada en reflexiones de carácter filosófico en torno a la belleza era una “Estética desde Arriba” que ponía más énfasis en aspectos estilísticos y formales que en el contenido de las obras de arte, que había sido relativamente ignorado. Para esa estética clásica, la perfección formal podía considerarse como un elemento clave de cara a la consideración del valor estético de toda obra u objeto. Sin embargo, a partir de experimentos y ejemplos cotidianos, Fechner demostró que las preferencias estéticas están determinadas por la historia de aprendizaje del observador más que por las propiedades formales del objeto. Es decir, son todas las experiencias vitales de la persona que contempla la obra las que determinan que las valore de forma más o menos positiva.
La propuesta de Fechner es muy sencilla, frente a una estética desde arriba de carácter deductivo que trata de explicar y justificar las preferencias individuales a partir de leyes generales sobre lo que debe considerarse bello, propone una estética desde abajo, de carácter inductivo y empírico que construya esas leyes o tendencias estéticas generales a partir de las preferencias de las personas. Y lo que el psicólogo alemán demostró con sus experimentos es que el contenido de la obra artística es un elemento esencial a la hora de determinar cómo la aprecian o valoran los observadores.
La comparación entre cómo respondemos ante la imagen de una imperfecta naranja frente a la visión de una impecable esfera naranja, de superficie lisa y del mismo tamaño y color, es uno de los ejemplos que sirven a Fechner para demostrar que los aspectos formales pierden peso frente a las asociaciones que la naranja es capaz de generar en la memoria sensitiva y emocional del observador. Esa preferencia por la visión de la naranja basada en las asociaciones positivas suscitadas pone de relieve el peso estético del contenido de una imagen formalmente imperfecta.
El Principio de Asociación Estética justifica tanto la potencia emotiva del punctum barthesiano como el atractivo de la estética japonesa del Wabi-Sabi, que rechaza la perfección para emocionarse ante los objetos irregulares, íntimos, turbios, simples y alejados de la perfección formal. Una estética a la que, a juicio del filósofo Byung-Chul Han, está dando la espalda la sociedad actual, que opta por lo pulido, lo liso y lo impecable.
Pues bien, eso lo escribió Gustav A. Fechner en 1866.
Fotografía: Daido Moriyama
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