viernes, 8 de enero de 2021

COMPLEJIDAD, PARSIMONIA Y PREFERENCIA ESTÉTICA EN FOTOGRAFÍA



Cuando hacemos frente a la valoración estética de una fotografía con frecuencia aludimos a su mayor o menor complejidad, sin tener muy claro si es la simplicidad o la complejidad lo que suele resultar más atractivo y valioso. Por complejidad podemos entender la diversidad o riqueza de la imagen, el contenido de lo que está ocurriendo es la escena encuadrada. Si pasan pocas cosas, como en una imagen de un paisaje con un campo abierto y un horizonte al fondo, es probable que el atractivo visual sea escaso. Sin embargo, la cosa no parece tan sencilla, ya que puede que no lleguemos a ponernos de acuerdo sobre este asunto porque la relación entre complejidad y preferencia estética no es lineal sino curvilínea. Es decir, el atractivo de la imagen aumentará en la medida en la que lo hace la complejidad hasta que llega a cierto punto en que el incremento de complejidad puede resultar excesivo y el atractivo comienza a descender.

Por otra parte, hay factores personales relativos a nuestra forma de percibir que cambian de una persona a otra, y pueden hacer que lo que a unas les resulte relajante e interesante a otras les resulte soso y aburrido. Y que mientras que algunos espectadores vibren con la estimulación que les genera una imagen compleja, otros sientan que sus cerebros se ven sobresaturado con tanta información visual. Y es que, más allá de la formación visual y artística del espectador, el estilo cognitivo nivelación versus acentuación marca esas importantes diferencias individuales que establecen cierta subjetividad en la apreciación estética. Como ya he comentado en alguna ocasión, la nivelación se caracteriza por estrategias tales como la unificación, la intensificación de la simetría, la reducción de rasgos estructurales, la repetición y la eliminación de elementos oblicuos o que desentonan con la composición; en cambio, la acentuación busca todo lo contrario, aumentar la asimetría, la oblicuidad, la gama cromática y la irregularidad en la composición.

Además, hay que tener en cuenta la intención de artista, ya que si la simplificación conlleva una reducción de la tensión, algo más adecuado en estilos clasicistas, la acentuación aumenta dicha tensión, lo que todo autor expresionista tendría en alta estima.

Sin embargo, a pesar de esa subjetividad aparente, podríamos estar de acuerdo en que el principio de parsimonia sí debería ser tenido en cuenta a la hora de valorar una obra de arte, ya sea pictórica o fotográfica. Y es que aunque las grandes obras de arte suelen ser complejas, por lo general son elogiadas por su sencillez, es decir, porque presentan una abundancia de forma y significado de la manera más sencilla posible, mediante la organización y estructura de los elementos incluidos en el campo visual.

El principio de parsimonia utilizado en las ciencias hace referencia a que la hipótesis más valiosa es aquella que es capaz de explicar lo mismo que las demás pero de la manera más sencilla posible. Un principio que puede trasladarse a la estética fotográfica, y que nos sugiere que tan inadecuado resulta decir demasiado poco con una imagen como expresar algo de forma muy complicada. Como en cierta ocasión comentó Charlie Chaplin, una vez completado el rodaje de una película hay que sacudir el árbol y conservar solo lo que queda bien sujeto a las ramas. Es decir, manteniendo la estructura más sencilla posible. Lo mismo podríamos decir con respecto a una fotografía: la mejor versión será aquella que transmite lo máximo con el menor número de elementos posibles y con la estructura visual más simple y organizada. El orden y la parsimonia pueden ser unas buenas directrices para el fotógrafo, tanto en el momento de la toma como en el de la edición. Y es que aunque nuestro cerebro tiene mucha capacidad para organizar la información visual que le llega y disfruta con ello, como puso de manifiesto la psicología de la Gestalt, tampoco su poder es absoluto, y no podemos echar sobre sus espaldas una carga excesiva.

 Texto y foto: Alfredo Oliva Delgado



1 comentario:

  1. Artículo muy interesante que me hace esperar una segunda entrega que incluya tu propio análisis de fotografías que se ajusten a ese principio de parsimonia. Muchas gracias por tu excelente trabajo. Un cordial saludo.

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